El camino hacia el éxito generalmente
comienza cuando las personas saben qué hacer y logran descubrir cuál es su pasión
o en que son buenos, sin embargo, a las mayorías les pasa, que no saben qué
hacer y no saben en qué son buenos. Se preguntan y por más que piensan, no
logran poner manos a la obra y les cuesta descubrir cuáles son sus talentos o
dones.
Se consigue un empleo remunerado, pero
resulta que no le gusta o no se identifica con lo que hace, sencillamente la
persona renuncia a ese empleo o permanece por necesidad, pues no encuentra otra
cosa que hacer que realmente le guste.
En el ámbito profesional suele pasar,
se estudia una carrera profesional muchas veces por obligación, nadie le
orientó, no sabía que estudiar, no tenía más opción, insuficientes recursos económicos
para estudiar lo que deseaba, y, en fin, muchas otras cosas que le pueden
suceder a las personas a la hora de seleccionar o estudiar una carrera profesional,
y a pesar de ser profesional, puede que esa profesión no se identifique con su
talento o pasión.
Ahora bien, descubrir que talento
tienes, te puede llevar a tener pasión por lo que haces, pues si sabes en que
eres talentoso o bueno en algo, seguramente vas a hacer lo que sabes con
pasión. Sin embargo, tener talento no necesariamente te lleva a hacer lo que
sabes con pasión, ésta no está ligada al talento, está ligada a realizar las cosas
con amor, con entusiasmo, con ímpetu. Aunque existen personas con habilidades
naturales, o lo que podemos llamar un don, la mayoría está buscando sus
talentos para ver que hacen o que pueden hacer.
Por otra parte, es importante que las personas tengan en cuenta que, si hacen las cosas con pasión, con amor, con entusiasmo; con seguridad ésta los llevará a descubrir sus talentos. ¿Y por qué la pasión lo puede llevar a descubrir sus talentos?, porque todo lo que hace, lo hace con entusiasmo y bien hecho, y eso de hacer las cosas bien hechas, ya es un talento en sí mismo.
No todas las personas hacen las cosas con entusiasmo y bien hechas a pesar de estar necesitadas, las personas quieren hacer las cosas a medias y cobrar completo, y por eso no las buscan más, pues no prestan un servicio de calidad.
Un ejemplo tradicional, es la señora doméstica, que limpia la casa y la deja impecable, más cuando la va a limpiar otra persona, le dicen déjalo para otro día, no está la que limpia. Esto pasa, precisamente porque la señora le pone amor y tiene talento para limpiar y dejarla impecable.
Dentro de este contexto, cabe ahora preguntarse: ¿Qué se pregunta la gente, cuando no sabe qué hacer y no sabe en que es, realmente bueno?
Es controversial, pero la mayoría de la gente no se hace preguntas que lo conlleven a salir de determinada situación, o que lo lleven a descubrir sus talentos. La gente en su mayoría no se pregunta nada, lo que la gente se pregunta es: ¿Qué puedo hacer?, la cual es una pregunta de preocupación, estas desesperado y no encuentras que hacer, caminas por toda la casa y nada que salen respuestas.
Las personas debemos acostumbrarnos a buscarle solución a nuestros problemas. Si el asunto es, no saber qué hacer, lo que la gente debe preguntarse es: ¿Qué se hacer?, pregunta clave que lo llevará a sentarse a pensar, en lo que sabe hacer.
Una de las mayores debilidades que tiene el ser humano y hace que cierre el gran abanico de oportunidades que se le presentan, es no hacerse las preguntas adecuadas para encontrarle solución a algún problema. La pregunta: ¿Qué puedo hacer? Es cuando la persona está desesperada, no sabe, ni encuentra que hacer a determinada situación, pero si la gente se preguntara: ¿Qué se hacer?, la pregunta cambia, y las expectativas cambian, tenga la seguridad que algo sabe hacer y vendrá alguna solución.
¿Qué se hacer?, lo activará, lo pondrá a pensar y algo bueno tiene que salir en esa búsqueda, pues todos los seres humanos algo sabemos hacer, lo que sucede es que no pensamos en nuestras fortalezas, de las cuales disponemos, por el contrario, nos desvalorizamos y nos echamos de menos, y eso nos lleva a la desconfianza y a disminuir nuestra autoestima, y cuando dejamos que esto pase, no pensamos en función de la solución, sino pensamos en círculos, y caemos en el desánimo.
En el transcurso de nuestras vidas, vamos aprendiendo cosas que muchas veces no las vemos y no le prestamos atención. La gente trabaja, de alguna manera debe subsistir, pero la mayoría presta servicios tangibles e intangibles, en contraste con la que produce productos tangibles. Esto, quiere decir, que las personas han aprendido cosas y no las utilizan ni las ponen en práctica.
Cuando una persona dice: no que sé que hacer y en que soy bueno, es que no está haciendo una introspección de sí mismo, no valorando todo lo que ha aprendido en el transcurso de su vida laboral. La mayoría ha sido empleada u obrero, y ha prestado un servicio, el cual le ha sido útil a muchas otras personas, pero no lo vemos, porque en el transcurso del tiempo que trabajamos no le prestamos atención a eso que hicimos, solo le prestamos atención a nuestra remuneración.
Son diversas cosas que una persona aprende en cualquier puesto laboral o actividad que realice. Aprendemos a relacionarnos con las demás personas, aprendemos a prestar atención para ejecutar nuestras actividades, aprendemos a prestar atención a nuestro jefe, aprendemos a ser puntuales, aprendemos a ser disciplinados, aprendemos a redactar cartas, aprendemos a redactar oficios y documentos, aprendemos a archivar, aprendemos a combinar el trabajo con la familia, aprendemos a coordinar las relaciones intrafamiliares, aprendemos a dar clase, aprendemos a estudiar, postgrados y especializaciones y tantas otras cosas más que aprendemos, que lamentablemente cuando estamos en determinadas situaciones, lo aprendido no lo ponemos en práctica, se nos olvida todo.
¿Qué no sabe una ama de casa?, la mujer por naturaleza es más organizada y visionaria que el hombre, y su nivel de aprendizaje es maravilloso con el solo hecho de estar en el hogar. Una mujer, está en contacto diario con sus hijos, con los quehaceres del hogar y la atención de su marido, lo que la puede llevar a escribir un libro.
Todo lo que usted ha aprendido en el transcurso de su vida tiene valor, lo que tiene que hacer es valorarse, y ofrecer todo lo que sabe a las demás personas, que están buscando quien le solucione sus problemas, y usted es el más indicado, pues sabe cosas que los demás no saben.
No se pregunte qué puedo hacer, pregúntese: ¿Qué se hacer?, esta pregunta lo llevará a explorar y realizar una lista mental, de todo lo que usted sabe y lo ayudará a encontrar su pasión y su talento.
Tenga en cuenta que, si hace las cosas con pasión, eso lo llevará a hacer las cosas bien, es decir, a realizar servicios de calidad, no haga las cosas por hacerlas, eso no lo llevara a ninguna parte, por más pequeña que sea lo que va hacer o insignificante, hágalo bien, eso lo llevara a lograr el éxito.
¿Qué sé hacer?, haga una lista
detallada de todo lo que mejor sabe hacer, priorice y clasifique su lista,
entre principal y secundario, y póngase a trabajar en ofrecer los servicios.
En segundo lugar, aprenda de lo que no sabe, puede que su talento se encuentre en algo nuevo, de lo cual usted no tiene experiencia.
En tercer lugar, aprenda que es una página web y como hacer negocios en internet.
En cuarto lugar, aprenda todo lo que tiene que ver con las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
En quinto lugar, hoy en día es más fácil
ofrecer sus servicios, que 50 años atrás. Tiene a disposición la red de redes, Facebook,
YouTube, Instagram, WhatsApp, Telegram, Zoom, y tantas otras herramientas, que
sin salir de su casa puede ofrecer todo lo que ha aprendido, y tenga la seguridad
que dejará de preguntarse: no sé qué hacer y en que soy bueno.