Elevar
nuestra calidad de vida y luchar por lograr algo
en nuestras vidas, bien sea mejores ingresos o libertad
financiera, requiere de compromiso y abrir la mente a los nuevos
cambios y metas que se deben planificar y cumplir para lograr dichos
cambios. No basta decir las cosas por decirlas. No basta decir,
quiero cambiar; cuando no sientas un compromiso verdadero, un
propósito real contigo mismo.
Salir
de la zona de la comodidad mental, es decir; de lo que haces
actualmente pero que no te sientes satisfecho, requiere de una
revisión interna. De un dialogo interno contigo, en donde te evalúes
con sinceridad y honestidad sobre tú situación. ¿Qué deseas
cambiar? ¿Tú situación económica? ¿Tienes bajos ingresos? ¿La
casa dónde vives, te mereces una mejor? ¿Mudarte a un mejor lugar?
¿Mejor educación para tus hijos? Todo esto y más se pueden lograr,
siempre y cuando te salgas de tú zona de comodidad mental donde te
encuentras.
La
gente piensa y le gusta la prosperidad pero no lucha por alcanzarla.
La mayoría de las personas caen en un conformismo y en una
costumbre, que hacen de su vida una rutina diaria, de la cual es
difícil desprenderse, transformado dicha rutina en un hábito de
vida.
Albert
Einstein señala: “No
pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La
crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las
personas y países, porque la crisis trae progreso. La creatividad
nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en las
crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes
estrategias. Quien supera las crisis, se supera así mismo sin quedar
superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias,
violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las
soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia.
El
inconveniente de las personas y los países es la pereza para
encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin
desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay
méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque
sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y
callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto,
trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis
amenazadora, que, que es la tragedia de no querer luchar por
superarla.”
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