sábado, 26 de diciembre de 2020

Según Robert Kiyosaki, Warren Bufet, Steve Job, entre otros millonarios: Solo entre el 3% al 5% de la población a nivel mundial tratan de ser diferente al resto. ¿Diferente en qué? En que ese pequeño grupo de personas a nivel mundial buscan emprender, crear una empresa, ser independientes, es decir; deciden trabajar por su cuenta, mientras la mayoría decide ser dependiente de un patrono.

Con esto no se quiere decir, que ser empleado es malo, de ninguna manera, solo que al ser empleado u obrero para otro, le dedicas tú tiempo y todas tus habilidades y destrezas a los demás, cuando deberías ponerlas en práctica contigo mismo para formarte como un ser independiente.

La mayoría de las personas siguen la tendencia de ser un empleado u obrero de una empresa, y esto sucede con conocimiento de causa, pues a la mayoría no se nos ha enseñado a ser empleadores, a crear compañías, sino a ser dependientes, y uno se pregunta: ¿A este 3% - 5% tampoco los han enseñado?

Estamos de acuerdo en eso, pero este pequeño grupo de personas se han atrevido a ser diferentes. Decidieron ser sus propios jefes y no depender más del papel que ejercen como empleados, y por ese solo hecho, ya son diferentes al montón.

Aunque el camino no es fácil y surgen muchas vicisitudes, el emprendedor que está decidido a triunfar, no lo detiene nadie. Si fracasa, lo toma como un aprendizaje o una experiencia más y sigue adelante.

Muchas piedras y obstáculos en el camino se le presentarán, que si no tiene carácter, disciplina, perseverancia y espíritu emprendedor muy posiblemente abandone el emprendimiento.

Otros elementos que se le van a presentar al emprendedor, son los sentimientos encontrados con familiares y amigos, en particular con aquellos, que te desean ver bien, pero no mejor que ellos.

Cuando tú como emprendedor, inicias un camino diferente, de progreso y crecimiento en tú vida, no van a faltar los envidiosos. Esos que te dicen, te quiero mucho hermano, te quiero mucho amigo, ¿pero qué haces?

El emprendedor que está decidido a crear su negocio, a crear su empresa, debe tener carácter para lograrlo, pero también debe tener carácter para no dejarse llevar por los envidiosos y no hacer nada.

Siempre van a existir los envidiosos y siempre van a estar ahí, mirándote, para ver que estás haciendo y desearte entre los dientes que quiebres o desmayes en lo que estás haciendo.

Muchas veces es la misma familia la más envidiosa, no te apoyan y lo que hacen es crearte obstáculos para que no avances con tu proyecto. Es común encontrar envidiosos, pero lo más importante, es no dejarse llevar por ellos y pasarle por encima, sin hacer caso a sus charlatanerías y desmanes.

Emprendedor, vas a quedar con la boca abierta y desconcertado, al ver tanta gente de tu entorno, que pensabas que te iba a felicitar por tu emprendimiento, y resulta que es lo contrario, te van a criticar y a desalentar, que, si no estás decidido y preparado a lograr lo que deseas, posiblemente te desanimes y abandones todo, dejando así contentos a todas esas personas que te envidian y critican, por ello no te preocupes por los envidiosos, preocúpate por lograr tu emprendimiento.


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