sábado, 2 de junio de 2018


A pesar de nacer juntos, de vivir juntos, de trabajar juntos, unos somos egoístas y otros somos envidiosos. El egoísmo se presenta en las familias, en el trabajo, en la comunidad, en los negocios y diversas facetas de la vida de un ser humano. En una familia donde viven y conviven varios hermanos, se presenta el egoísmo. No se entiende ese tipo de sentimiento, en donde todos son hijos del mismo padre y madre, asisten al mismo colegio, comen y beben juntos, pero el egoísmo se encuentra ahí presente, en algunos de ellos.

A nivel laboral el jefe nos dice, pasamos la mayoría del tiempo compartiendo unos con otros, somos un equipo, por lo tanto somos una familia, pero…¿Todos actuamos sin egoísmo?, seguramente no, alguien es un despiadado egoísta.

En la vida conocemos a diferentes tipos de personas, pero es difícil compartir con personas egoístas y envidiosas, este tipo de persona no genera confianza, por el contrario se tiende a despreciarlas y a evitarlas.

Sin embargo, en el trabajo, en la familia, en nuestra vida cotidiana, conocemos personas egoístas y envidiosas que es difícil dejarlas a un lado.  Cómo crece una empresa?, Cómo crece una relación de pareja?, muchas veces convivimos con personas egoístas y envidiosas. Muchas veces dormimos con el enemigo, relaciones matrimoniales en donde el hombre o la mujer son egoístas y envidiosos, y así permanecen por mucho tiempo o mueren juntos con esos sentimientos. ¿Qué se puede esperar de los hijos?, que alguno salga egoísta o envidioso.

Muchas veces se permanece al lado de una persona, por el solo hecho de estar, el amor se acabo, y ahí se permanece. Dejan de disfrutar o de hacer lo que ellos quieren, por el solo hecho de estar ahí, no crecen económicamente ni se presenta un crecimiento personal, estancados por el solo hecho de que uno no quiere separarse del otro, o se separan y uno de los dos, quiere permanecer ahí, generalmente el hombre…y en muchos casos la mujer no se desprende de esa situación, por el solo hecho de convivir en ese conflicto. ¿Cómo se le puede llamar a esa relación?.

Muchos casos han pasado, en que logran separarse, y comienzan una nueva vida, prospera tanto el hombre como la mujer y siguen adelante. Por otra parte, nosotros los padres, no debemos esperar nada a cambio por la crianza y educación de los hijos. Más que egoísmo sería una manipulación disfrazada,  esperar que nuestros hijos nos mantengan después que ellos ya sean profesionales o disfruten de un buen trabajo. 

Una familia que transmita y siembre valores, principios y educación a los hijos, sin egoísmo y envidia, siempre va a esperar una recompensa y un agradecimiento por parte de ellos. 
   
En esta vida es inevitable conocer personas egoístas y envidiosas, en las primeras de cambio no las conocemos, pero poco a poco se van desenmascarando y ahí es donde tenemos que tener prudencia a la hora de establecer cualquier relación, bien sea empresarial, laboral o sentimental.

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