A
pesar de nacer juntos, de vivir juntos, de trabajar juntos, unos somos egoístas
y otros somos envidiosos. El egoísmo se presenta en las familias, en el
trabajo, en la comunidad, en los negocios y diversas facetas de la vida de un
ser humano. En una familia donde viven y conviven varios hermanos, se presenta
el egoísmo. No se entiende ese tipo de sentimiento, en donde todos son hijos
del mismo padre y madre, asisten al mismo colegio, comen y beben juntos, pero
el egoísmo se encuentra ahí presente, en algunos de ellos.
A
nivel laboral el jefe nos dice, pasamos la mayoría del tiempo compartiendo unos
con otros, somos un equipo, por lo tanto somos una familia, pero…¿Todos
actuamos sin egoísmo?, seguramente no, alguien es un despiadado egoísta.
En
la vida conocemos a diferentes tipos de personas, pero es difícil compartir con
personas egoístas y envidiosas, este tipo de persona no genera confianza, por
el contrario se tiende a despreciarlas y a evitarlas.
Sin
embargo, en el trabajo, en la familia, en nuestra vida cotidiana, conocemos
personas egoístas y envidiosas que es difícil dejarlas a un lado. Cómo crece una empresa?, Cómo crece una
relación de pareja?, muchas veces convivimos con personas egoístas y
envidiosas. Muchas veces dormimos con el enemigo, relaciones matrimoniales en
donde el hombre o la mujer son egoístas y envidiosos, y así permanecen por
mucho tiempo o mueren juntos con esos sentimientos. ¿Qué se puede esperar de los
hijos?, que alguno salga egoísta o envidioso.
Muchas
veces se permanece al lado de una persona, por el solo hecho de estar, el amor
se acabo, y ahí se permanece. Dejan de disfrutar o de hacer lo que ellos
quieren, por el solo hecho de estar ahí, no crecen económicamente ni se
presenta un crecimiento personal, estancados por el solo hecho de que uno no
quiere separarse del otro, o se separan y uno de los dos, quiere permanecer
ahí, generalmente el hombre…y en muchos casos la mujer no se desprende de esa situación,
por el solo hecho de convivir en ese conflicto. ¿Cómo se le puede llamar a esa
relación?.
Muchos
casos han pasado, en que logran separarse, y comienzan una nueva vida, prospera
tanto el hombre como la mujer y siguen adelante. Por otra parte, nosotros los padres, no
debemos esperar nada a cambio por la crianza y educación de los hijos. Más que
egoísmo sería una manipulación disfrazada, esperar que nuestros hijos nos mantengan
después que ellos ya sean profesionales o disfruten de un buen trabajo.
Una
familia que transmita y siembre valores, principios y educación a los hijos,
sin egoísmo y envidia, siempre va a esperar una recompensa y un agradecimiento
por parte de ellos.
En
esta vida es inevitable conocer personas egoístas y envidiosas, en las primeras
de cambio no las conocemos, pero poco a poco se van desenmascarando y ahí es
donde tenemos que tener prudencia a la hora de establecer cualquier relación,
bien sea empresarial, laboral o sentimental.
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