Existen muchas maneras de fracasar a la hora
de emprender. Muchos emprendedores detienen sus emprendimientos cuando no tienen capital. Muchos emprendedores detienen sus emprendimientos cuando se le
presentan los primeros obstáculos.
Muchos emprendedores detienen sus
emprendimientos cuando las cosas se le comienzan a poner difíciles, y muchos
emprendedores abandonan sus emprendimientos cuando se desaniman.
Desanimarse por cualquier motivo es lo más
fatal que le puede pasar a un emprendedor, pues así exista capital, si estas
desanimado no vas a empezar nada. Si estás desanimado no superaras los primeros
obstáculos que se te presenten. Si estás desanimado no lograras sobreponerte
cuando las cosas comienzan a ponerse difíciles. Estar desanimado para cualquier
emprendimiento o realizar cualquier actividad te conlleva a no lograr nada o a
que las cosas no te salgan bien.
Por muy simple que vayas a realizar determinada
actividad, por muy cotidiana las actividades que realices, si lo haces con
desanimo nunca te saldrán de la mejor manera, pues haces las cosas sin ganas y sin amor a lo que haces.
El desánimo influye en tu mente, que todo lo
que te propongas los ves de manera negativa. Una persona desanimada piensa que
no vale la pena hacer nada, que nada va a cambiar y todo será igual, se siente
más desanimada por todo lo que sucede en su entorno o de determinada situación
económica, que lo que puede hacer a nivel personal o familiar para salir
adelante, a la final la persona desanimada cae en el conformismo enfermizo,
pues sabiendo que puede mejorar su situación económica y proponerse emprender
algo, no lo hace, se queda estático, esperando que algo suceda o cambie su
situación.
El desánimo es peligroso, es más peligroso
que la misma envidia, el egoísmo y el chisme. Aunque una persona envidiosa,
egoísta y chismosa es dañina, más peligrosa es una persona desanimada. El desánimo
es silencioso e invisible, que se penetra hasta el rincón más escondido de
nuestra mente y hace que nuestra mente le obedezca al desánimo.
El desánimo puede llevar a una persona a la
depresión, a no tener fe ni esperanza en nada, la vida no tiene sentido, lo
cual es peligroso, pues puede atentar contra ella misma al no encontrarle
sentido a nada.
El desánimo empieza cuando las cosas no salen
como nosotros queremos, pensamos que nada puede fallar, pero el solo hecho de
imaginar y pensar algo y llevarlo a la realidad, muchas cosas pueden suceder y
todo ese camino planeado se puede venir al suelo y llega el desánimo.
Sin embargo, una persona emprendedora, con
ganas de salir adelante, puede desanimarse al momento pero sigue en la batalla,
y la ley es seguir adelante, perseverar hasta vencer. Aunque perseverar es
insistir hasta lograr obtener lo que deseamos, es importante entender que para
evitar el desánimo, hay que perseverar por diferentes caminos, pues si haces
todo el tiempo lo mismo y no obtienes resultados, ya no es perseverar, es
necedad, terquedad, y al no obtener resultados viene el desánimo.
Emprender algo en la vida no es fácil, se van
a presentar obstáculos, envidias, mal entendidos, egoístas, se van a presentar
personas que buscaran desanimarte, siempre abra alguien que te dirá: “lo que
estás haciendo no da o no sirve” y muchas cosas más; pero si crees en lo que
haces y te armas de valor, tenacidad y firmeza lograrás lo que deseas y si te
caes vuelve a empezar, que cada caída es una experiencia, la cual puedes
mejorar, lo importante es que no te invada el desánimo.
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