miércoles, 15 de agosto de 2018


Nacemos sin miedo. Somos niños y no le tenemos miedo a nada. Los niños se atreven a realizar muchas cosas y no les da miedo. A medida que vamos creciendo el miedo se va presentando en nuestras vidas por múltiples razones, en la mayoría de las veces inculcado por nuestros padres cumpliendo con su deber de cuidarnos, ellos hacen todo lo posible por sembrarnos valores, normas y principios para lograr ser unos buenos ciudadanos.

Miedo tiene hasta el más pinta’o en la vida, sin embargo; el miedo que tenemos intrínseco a la hora de hacer algo distinto a lo que venimos haciendo no nos deja avanzar. Si tenemos un empleo fijo, tenemos miedo de renunciar o de que nos despidan pues nos asustamos y realmente no sabemos qué hacer si por cualquier circunstancia perdemos ese empleo.

Si se trata de hacer una pequeña inversión para que nos deje una pequeña ganancia, nos invade el miedo y nos ponemos a pensar muchas cosas en torno al dinero que se va a invertir, preguntas como estas surgen en nuestras mentes: ¿Sera que da ese negocio? ¿Y si pierdo mi dinero? entre otros muchos pensamientos que pasan por nuestras mentes.

Debemos internalizar que todo en la vida no es color de rosa, en la vida debemos asumir riesgos así sea con miedo, por el contrario, no vas a aprender ni a tener experiencia que contar en la vida. Que hiciste algo y no te salió como querías, pues eso es aprendizaje, eso es experiencia en la vida, y si por otro lado logras lo que te propusiste, pues es un éxito, también es una buena experiencia y por supuesto un aprendizaje.

Muchas veces pensamos en hacer cosas que nos pueden ayudar a progresar y no las hacemos porque nos invade el miedo, tenemos determinado dinero acumulado y no sabemos qué hacer con dicho dinero, pero a la final no hacemos nada y lo gastamos en otra cosa menos en lo que pensamos, pues el miedo y la firmeza en la toma de decisiones hace que no avancemos hacia lo que queremos lograr.


0 comentarios:

Publicar un comentario